miércoles, 12 de enero de 2011

Perfiles de Moquegua

Por: Piedad Rivera de Badoino


Moquegua es uno de los departamentos del Perú más olvidados, pudiendo aplicarse lo que un poeta escribió de su patria: “Es una flor encantada, pero es una flor que llora, como si estuviera colgada en el abismo”.

Y al decir que Moquegua es también una flor que llora, no estamos lejos de la verdad, porque esta tierra de espléndidas riquezas naturales, de clima bondadoso y cielo azul radiante, con un paisaje de una grandiosidad inenarrable, aún muestra su alma dolorida. Es flor de pétalos marcados por sus luchas de conquista y libertad!; heridas sangrantes que brotan del olvido y de la indiferencia.

La llaman “la ciudad dormida” y lo es, porque en ella el tiempo parece detenerse donde la paz y la tranquilidad existe por doquier; es Moquegua cuál dulce y apacible manantial que invita al reposo…, pero no es ciudad dormida porque esté eternamente descansando, o dormida en un letargo soñoliento …no, no es eso, ya que por que por las venas de sus hijos hay inquietudes de estudio y trabajo, de esfuerzo y tesón, pronto a darse por entero a la lucha y al sacrificio.

Moquegua cuenta con un pasado glorioso en la memoria de sus fundadores, en los que levantaron las primeras casas y edificaron templos y colegios, en los hombres humildes que apretando el arado, abrieron los primeros surcos… en sus héroes que como Nieto y Urquieta, son símbolo elocuente de nuestra estirpe de patriotas… en sus hombres y mujeres notables de ayer y hoy que le dan prez y gloria…en sus cerros “Belén y Portillo”, mudos testigos de rivalidades y jugarretas infantiles.

Moquegua esta también en sus típicas jaranas… en el trinar de sus guitarras que rompen la quietud de la noche con sus serenatas!.

Moquegua es cada trozo de tierra trabajada por las callosas manos de sus labradores donde sus trigales de doradas espigas, sus vides, olivos y algodoneros, sus generosos frutales , son delicia y son sustento, junto con sus vinos y aguardientes, tradicionalmente famosos por su calidad y pureza.

Moquegua esta en sus casonas antiguas de estilo colonial, en las de hoy, de peculiar fisonomía en corte irregular de sus calles, que con sus plazas y alamedas, contrastan con la uniformidad de otras ciudades… en el candor de sus mujeres hermosas y buenas para hacer los “alfajores de penco” y el “manjarblanco”.

Moquegua está en los que al tañir de sus campanas acuden a sus rezos y procesiones religiosas, confundidos con el bullicio de cohetes y castillos para venerar a sus santos o celebrar fiestas jubilares… en las preces y plegarias que ofrenda cada 14 de octubre a su Santa y Mártir “Santa Fortunata”.

Así es Moquegua… tierra promisoria en su fé inquebrantable de progreso, por el esfuerzo de sus hijos.

Toquepala, noviembre de 1960