Por: Piedad Rivera de Badoino
(A todas las madres de Perú y el mundo)
Para escribir o hablar sobre el amor maternal, no tendríamos espacio ni tiempo. Hombres y mujeres de todas las edades lo han hecho de diversos modos y en todos los idiomas y desde niños hemos aprendido que no existe nada más hermoso que una madre. Por su amor nos volvemos artistas, pintores poetas…nos sobrarían los adjetivos más bellos para describirla y emplearíamos las frases más sentidas.
El amor de madre es ese amor sin dobleces, ni mentiras… es ese amor que todo lo puede, todo lo da, todo lo allana y esta en todos nuestros instantes.
Cuando empezamos a crecer como las olas, miramos por sus ojos… caminamos con sus pasos, nos abrigamos con su calor, aprendemos a apretarla entre los brazos, quisiéramos que jamás se fuera de nuestros lado, tratando de detener indefectiblemente el tiempo.
Si Jesús siendo Dios quiso ser también hijo y tener una madre como María y nos la regala a todos los mortales como una prueba de su amor, es un hecho sublime y divino, que nos habla del significado de madre, es por ello, que el mes de mayo debe ser recordado con especial devoción y admiración, porque es el mes de María.
Si bien es cierto que existe un día dedicado a homenajear y venerar a la madre…considero un deber que de algún modo, hagamos un alto en nuestro quehacer para estrujarnos el corazón, meditar sobre su significado y dedicarle lo mejor de nuestras vidas, pudiendo recordar un tanto en los versos de una poesía aprendida en el colegio: “ Si tienes una madre todavía. Da gracias al Señor que te ama tanto…que no todo mortal contar podría… dicha tan grande ni placer tan santo”.
¡Ensalcemos a la madre trabajadora del campo o de la ciudad…a la madre pobre, rica, o soltera, a la madre ama de casa, de oficina o maestra, a la madre anciana, a la madre ausente y a todas las madres…porque ellas son solo eso ¡MADRES!.
Mayo de 1996.
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