sábado, 7 de mayo de 2011

¡Amor de madre!

Por: Piedad Rivera de Badoino

(A todas las madres de Perú y el mundo)

Para escribir o hablar sobre el amor maternal, no tendríamos espacio ni tiempo. Hombres y mujeres de todas las edades lo han hecho de diversos modos y en todos los idiomas y desde niños hemos aprendido que no existe nada más hermoso que una madre. Por su amor nos volvemos artistas, pintores poetas…nos sobrarían los adjetivos más bellos para describirla y emplearíamos las frases más sentidas.

El amor de madre es tan intenso que subsiste a pesar de días estables o inestables, a pesar de riqueza o miseria, a pesar de vivir una verdad o caer en la mentira; su amor es indispensable y se fortalece cada vez más cuando se nos viene encima los días de rutina, de monotonía, de desasosiego, de intolerancia.

El amor de madre es ese amor sin dobleces, ni mentiras… es ese amor que todo lo puede, todo lo da, todo lo allana y esta en todos nuestros instantes.

Cuando empezamos a crecer como las olas, miramos por sus ojos… caminamos con sus pasos, nos abrigamos con su calor, aprendemos a apretarla entre los brazos, quisiéramos que jamás se fuera de nuestros lado, tratando de detener indefectiblemente el tiempo.

Su amor es todo, porque no se le va del corazón, ni de la piel, ni del pensamiento y nos da a cada instante pruebas de su sacrificio y de su renunciamiento.

Si Jesús siendo Dios quiso ser también hijo y tener una madre como María y nos la regala a todos los mortales como una prueba de su amor, es un hecho sublime y divino, que nos habla del significado de madre, es por ello, que el mes de mayo debe ser recordado con especial devoción y admiración, porque es el mes de María.


Si bien es cierto que existe un día dedicado a homenajear y venerar a la madre…considero un deber que de algún modo, hagamos un alto en nuestro quehacer para estrujarnos el corazón, meditar sobre su significado y dedicarle lo mejor de nuestras vidas, pudiendo recordar un tanto en los versos de una poesía aprendida en el colegio: “ Si tienes una madre todavía. Da gracias al Señor que te ama tanto…que no todo mortal contar podría… dicha tan grande ni placer tan santo”.

¡Ensalcemos a la madre trabajadora del campo o de la ciudad…a la madre pobre, rica, o soltera, a la madre ama de casa, de oficina o maestra, a la madre anciana, a la madre ausente y a todas las madres…porque ellas son solo eso ¡MADRES!.

Mayo de 1996.

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