jueves, 18 de diciembre de 2025

El canastero

Por : Vittorio Badoino Rivera 



Ese hombre no “sale a pescar”.

Él camina el desierto buscando señales.


🧺 La canasta como mundo

Que en la canasta lleve: aparejos, comida, agua,

abrigo… significa que no depende del regreso inmediato.

Va preparado para quedarse donde el mar responde.

Eso es conocimiento profundo del territorio, no improvisación.

El canastero no persigue al pez: se acomoda al ritmo del pique.


🌊 “Hasta que se ralee”

Esa palabra lo dice todo.

Ralear no es arrasar.

No es exprimir.

Es esperar a que el cardumen se disperse por sí mismo.


Ahí hay una ética antigua: tomar mientras hay, retirarse cuando toca, dejar que el mar se recomponga.


🧭 Caminante de arenas

Caminar la playa es leer un libro que cambia cada día: la espuma, el color del agua, las aves, el viento, el silencio.


Solo quien ha caminado mucho aprende a detenerse en el lugar justo.


Con la canasta cargada como si llevara su casa a la espalda:

aparejos, comida, agua, abrigo.

Lo justo para quedarse donde el mar hablaba.


Porque hay hombres que pescan para vivir

y otros que viven para escuchar al mar.

El canastero pertenece a estos últimos.


Camina menos ahora.

Pero su historia sigue andando,

de boca en boca,

como la espuma que no se queda,

pero deja marca.

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